Por qué inculcar el hábito de lectura desde pequeños

La lectura alimenta la creatividad, estimula la imaginación, provoca un mejor desarrollo del lenguaje y favorece la destreza mental, por eso se debe fomentar el hábito por ella desde la infancia.

Los niños que leen son adultos que piensan. Aunque sean muy pequeños y aún no sepan ni el abecedario, se recomienda que los padres los acerquen a la lectura leyéndoles cuentos. De preferencia antes de ir a dormir, pues es una actividad relajante y ellos estarán más receptivos en espera del apapacho final del día.

Si quieres que tu hijo viva una gran aventura, incúlcale la lectura, pues a través de ella tendrán la oportunidad de viajar a otros países, conocer diferentes costumbres y formas de ver la vida. Podrán experimentar sensaciones y sentimientos con los que podrán disfrutar, madurar, aprender y adquirir destreza mental.

Beneficios de la lectura en la infancia

Cuando tu pequeño escucha historias, registra mayor actividad cerebral, pues estará dando rienda suelta a su imaginación poniéndole rostro, formas, ambientes y circunstancias a todo lo que está escuchando. Con constancia, esto se reflejará en una mayor capacidad creativa.

Está probado que efectuar este ejercicio de lectura de manera constante, le permitirá reconocer causas, efecto y significados; también le ayudará a pensar con mayor claridad y enriquecer su vocabulario.

los niños que leen por placer muestran un mejor ritmo de aprendizaje y un mayor progreso intelectual en ortografía y matemáticas. Además, dedicar un espacio a esta actividad, reforzará los vínculos con los padres, pues es ocasión de compartir momentos agradables.

Consejos para inculcar el hábito por la lectura desde pequeños

Para sacar el mayor provecho te aconsejamos constancia. Lo mejor, es volverlo parte de nuestra rutina diaria, estableciendo días y horarios específicos y pon atención a sus preguntas, eso te dará la clave para aprender sobre sus gustos y motivaciones.

Averigua los títulos más adecuados para cada edad, respeta sus preferencias; es decir, puedes sugerir, pero no imponer para no disuadirlos: no deben ver la lectura como una obligación.

Deja siempre libros al alcance de los niños y pon el ejemplo, recuerda que los ellos tienden a imitar las acciones de los adultos.